Estaba yo indeciso a altas horas de la madrugada sin saber que película ver y tras un pequeño sondeo en facebook que no sirvió para aclarar demasiado mis dudas pero realmente Joan Crawford tira demasiado así que la afortunada visionada fue "El Caso de Lucy Harbin"
La Crawford se pone en la piel de Lucy Harbin, nacida y criada en una granja, de padres pobres, de educación escasa, pero toda una mujer y muy consciente de serlo que cierto día sorprende a su marido siendo infiel y ni corta ni perezosa se lía a hachazos contra él y su amante ante la atenta mirada de su pequeña hija.
Veinte años después de los cuales la pobre Lucy se ha pasado internada en un manicomio, recibe el visto bueno para regresar a la vida normal junto a su joven hija.
En seguida todo es felicidad, madre e hija están ansiosas por recuperar todo el tiempo perdido, pero el pasado sigue estando latente y poco a poco Lucy entra en una espiral de confusión de la que el espectador es testigo al igual que su tierna y amorosa hija. Destacar la escena en la que Lucy conoce a su yerno y se vuelve una zorrona lasciva ante la desesperación de su hija y la incredulidad de su yerno.
También es verdad que si uno es un poco listo puede prever el desenlace final y que por cierto, la escena final a modo explicación de todo lo que ha pasado creo que sobra completamente, los espectadores no somos idiotas!!
Yo ya no se si por obsesión ya que realmente dudo que esta película fuera tomada como modelo para películas posteriores pero las dos niñas saltando a la comba, la cámara frigorífica, las sabanas blancas tendidas en el patio... no os suenan como recursos utilizados posteriormente en algunas películas de terror?
2 comentarios:
Jojojojo, esta pelí es de las mías... Me da la sensación que habrá que ver esta película en una sesión doble con "¿Qué fue de Baby Jane?"
Hola... De acuerdo con el Sr. Nocivo, pero yo haría un programa triple e incluiría Un hacha para la luna de miel.
Y ya puestos, en siguintes programas, Qué le pasa a Helen?, ¿Qué fue de tía Alice?, ¡Homicidio! y algún "grand guiñol" desmadrado más.
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