Uno de los platos fuertes del Festival Rizoma de este año era la presencia en él mismo del polifacético John Waters y debido a tal acontecimiento en la filmoteca han dedicado toda la semana de duración del festival a proyectar algunas de sus películas, las más digeribles por el gran público si se me permite la licencia. Desgraciadamente no pude acudir a las proyecciones de "Pink Flamingos" y "Cry Baby" debido a que las entradas se agotaron pero las que no me perdí fueron "Serial Mom" y "Pecker"
Para mi particularmente estas dos son sus películas más comerciales, partiendo de la base de lo poco comercial que resulta John Waters pero son como si dijéramos las más mainstream dentro del mundo underground creado por el director de Baltimore. Aún así no dejan de ser delirantes ambas dos.
En "Serial Mom" contemplamos lo bien avenida que están las familias americanas empeñadas en aparentar felicidad, respetabilidad y decencia cueste lo que cueste. Dardo envenenado dirigido a la sociedad del American Dream cuyos presumibles valores morales quedan en entredicho más a menudo de lo que a ellos les gustaría. Magnífica interpretación de Kathleen Turner regalándonos un personaje para adorar hasta el infinito. Lo mejor de todo es que la película está basada en una historia real!!
Por otra parte, en "Pecker" los dardos envenenados van hacia un circulo más concreto de la sociedad, hacia la industria del arte concrétamente. Y sí, está bien dicho, INDUSTRIA, ya que el arte no deja de ser un negocio (lo es ahora y lo era igualmente en el s.XV). La vida de Pecker (Edward Furlong) cambia de la noche a la mañana cuando una marchante de arte se fija en las fotografías que el chico realiza sin mayor pretensión que la de disfrutar fotografiando a los demás. Al principio todo es maravilloso pero no tarda en conocer el lado oscuro de la fama y de lo que hoy en día realmente significa ser artista, término que actualmente sólo está reservado a un grupo de snobs con el ego por las nubes que se comen a los que de verdad tienen talento pero no los medios suficientes como para que su trabajo sea conocido.
Parece que nos hemos puesto muy serios con el tema de meter el dedo en la yaga social pero en realidad las películas no dejan de ser delirantes retratos de la sociedad con los que pasar un buen rato.
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